
La primera necesidad consistía, en cambiar la actual señalización, que se encontraba frágil, rota o deteriorada en algunos casos, y que no conseguía solucionar los problemas de movilidad.
La segunda premisa era la de diseñar un sistema de señales que aguantará las extremas condiciones que los fenómenos meteorológicos podía provocar en ella, ya que la situación del campus, enclavado en una ladera de la zona de As lagoas-Marcosende, mirando al oceáno Atlántico, provocaba que en invierno tuviera que soportar fuertes vientos, condiciones salinas extremas (oxidación) y en verano mucho calor. Por lo que los materiales y la estructura empleada, deberían ser resistentes.

Para mejorar la movilidad, se crea un sistema de color, que permita comprender las distintas zonas del campus y que aplicado en la zona posterior de cada señal, nos permita, mediante un mapa, comprender mejor nuestra situación y destino, a través de unos códigos de color, que se han escogido, por ser los colores protocolarios de las distinas titulaciones. Además se crea un icono que pretende ser referente para la circunvalación que bordea al campus.

Se genera también un sistema de señalización de sendas peatonales, que permitan la realización de ejercicio, potenciando la vida sana y la integración de los nucleos cercanos.